Perfil Profesional
Una mirada desde el Krav Maga y mi historia de vida y alguna de mis ultimas capacitaciones
Martin Cano Rodríguez es un dedicado Instructor de Krav Maga (E1) con más de tres décadas de experiencia en artes marciales y defensa personal. Nacido en Buenos Aires en 1972, Comienzo a los 5 años a practicar diferentes artes marciales hasta 1986 que encaro sin interrupción las disciplinas de Kung fu, Tai Chi Chuan , Tae Kwon do y otras, iniciándose en la docencia a partir de 1991 hasta el presente capacitándose constantemente desde ese entonces al día de hoy con mas de 35 años en la docencia. Más tarde se mudó a Campana (1995), donde fundó el Centro Cultura Oriente en 2001, su propio centro de artes marciales dedicado a desarrollar la capacidad física, el enfoque mental y la preparación para el combate en situaciones reales. Allí, ha dedicado años a la enseñanza de Kung Fu, Tai Chi, Kickboxing, Boxeo y Krav Maga a estudiantes de todas las edades.
El recorrido de Martin en las artes marciales comenzó a la edad de cinco años con Karate y Taekwondo. A los doce, ya practicaba Judo, y a los quince se había sumergido de lleno en Kung Fu, Kickboxing, Full Contact y Boxeo. A los 17 años, ya estaba dirigiendo clases para niños, dando inicio a una carrera docente que ahora se extiende por más de 30 años. Su transición al Krav Maga se dio de forma natural a través de su trabajo entrenando a personal policial alrededor de 2003. La necesidad de soluciones prácticas y adaptables a la violencia en la vida real lo llevó a abrazar completamente el Krav Maga, y en 2008 comenzó su primer curso de instructor militar. Más tarde, conocería y entrenaría bajo la tutela de Ilya Dunsky, quien lo certificaría en su nivel actual de E1.
La pericia de Martin atrajo rápidamente la atención de las fuerzas de seguridad en toda Argentina. A lo largo de los años, ha entrenado a personal de élite de la Policía Federal Argentina, la Custodia Presidencial en Olivos y la Prefectura Naval, donde continúa instruyendo a unidades especializadas como AGGU y GIR. Actualmente, entrena a cadetes en la Escuela de Suboficiales de la Prefectura Naval Argentina, brindando instrucción táctica basada en los principios de simplicidad, eficiencia y adaptabilidad del Krav Maga tanto a Aspirantes a Sub Oficiales como Marineros.
Más allá de las fronteras nacionales, Martin ha compartido su conocimiento con estudiantes en Bolivia, República Dominicana y Uruguay, trabajando tanto con grupos civiles como con profesionales de la seguridad. Su experiencia es tan diversa como profunda, y sus alumnos —muchos de los cuales han estado con él durante más de 15 o incluso 20 años— son un testimonio de su compromiso, coherencia y dedicación como instructor.
Además de sus credenciales en Krav Maga, Martin posee grados avanzados en varias disciplinas, incluyendo el cinturón negro 6º Dan en Kickboxing, 5º Dan en Tuan Kung Fu y Tai Chi Chuan, 2º Dan en Taekwondo ITF, 1º Dan en Taekwondo Mundial WTF y el reconocimiento como Técnico Certificado de Boxeo Infantil Sin Contacto -BISC, Cutman Profesional, Auxiliar de Técnico y realizando el Master Internacional en Boxeo, Certificaciones avaladas por la Federación Argentina de Boxeo (FAB) y entes Internacionales .
Su enfoque holístico de las artes marciales ha forjado no solo luchadores hábiles, sino individuos seguros de sí mismos con mentes fuertes y valores sólidos.
También se a certificado como Entrenador Especialista en Obesidad y Sobrepeso , Entrenador Especialista en Adultos Mayores y Discapacidad.
La filosofía de Martin va más allá de la técnica. Para él, el Krav Maga no es solo un sistema, es un estilo de vida. Refleja su propósito: ayudar a otros a descubrir su fuerza, generar confianza y enfrentar la vida con disciplina, claridad y resiliencia. Fuera del tatami, es un hombre de familia dedicado que valora la actividad física, la comunidad y la alegría de pasar tiempo con amigos, fiel a sus raíces argentinas.
Ya sea entrenando fuerzas militares o guiando a personas comunes en su camino hacia el crecimiento personal, Martin se rige por un principio simple: el camino del guerrero es un compromiso de proteger, crecer y vivir con propósito.